viernes, 17 de mayo de 2024

Monster

 Aquí estamos de nuevo, con una película de la plataforma Netflix: Monster.

En esta ocasión tengo el problema de que ni siquiera IMDB pone la nacionalidad del film, pero presupongo que será Filipinas o Indonesia (debido a otros productos de estos países). 

Vamos con la trama.

Tenemos a dos críos, amigos, que son seguidos por un coche mientras se dirigen al salón recreativo. El niño sale un momento, pero tarda en regresar lo que hace que la niña, salga a buscarlo, siendo testigo de su secuestro. Al secuestrador no se le ocurre mejor idea, que llevarse también a la niña. 

El coche se detiene en una casa en medio de la nada, el secuestrador se lleva al niño, y deja a la niña en el coche. Se ve que las neuronas no le van bien al secuestrador. 

El caso es que, la niña tendrá al oportunidad de irse y ponerse a salvo, pero no lo va a hacer sin su amigo. 

De esta manera empieza una especie de escondite, junto con pilla-pilla... la cría es ingeniosa en más de un asunto... 

Lo más llamativo de todo el film, es que no hay diálogo. Probablemente, esta sea la causa de que alguna gente no logre encontrarle el punto. Por mi parte, me parece que esa falta de diálogo, aumenta la sensación de angustia que te transmiten los críos en esa situación. 

Pero bueno, es algo que digo siempre, según el origen la historia se cuenta de una manera, y eso no es para todos. Si estás acostumbrado a la forma de narrar aquellas tierras, no tendrás problema. 

martes, 7 de mayo de 2024

Heeramandi

 Vamos a empezar con reseñas de historias escritas por otros, y me parece bien hacerlo con esta serie de Netflix. 


Es una serie de esas cortas, sólo ocho capítulos, y de origen Hindi (de la India). Tengo que advertirte que siento debilidad por como cuentan sus historias los asiáticos, y de hecho, seguramente en los próximos días te traiga la reseña de otra serie de la India. Empecemos. 

Bien, todo esto transcurre en los años 40, aunque tendremos escenas vinculadas a unos años antes, para entender el lío del Palacio Real. 

Heeramandi, era el barrio rojo y el Palacio Real, la más ilustre de sus casas. 

Nos presentaran varias historias enlazadas:

1-. Malllikajaan, la señora del Palacio, que tendrá que mantener a flote el lugar, lidiar con sus hijas, su hermana pequeña, y una rival que intentará hundirla. Con ella tenemos los momentos del pasado, de como se sintió humillada por su hermana mayor, y llegó a convertirse en la Señora. 

Mallikajaan, tiene dos hijas, Bibbo y Alamzeb. 

2-. Con Bibbo, ya convertida en cortesana, tendremos la parte de la trama que entronca, con la rebelión contra los señores ingleses. 

3-. Alamzeb, por su parte, siendo una devoradora de poesía, luchará contra su madre, para no convertirse en cortesana, y se enamorará de Tajadar, el hijo de un noble que odia Heeramandi, y todo lo que provenga de allí. Una parte de la historia donde se verá si el amor, puede vencer cualquier obstáculo, o no. 

4-. Fareedan. Una cortesana llegada de otra ciudad, que se hace cargo de la casa frente al Palacio, pues su objetivo es ver caer a Mallikajaan (tiene que ver con la parte del pasado)

A estos elementos de la trama, se le unirá todo lo de la rebelión, los ingleses, los nobles nativos... todos de una forma u otra, arrinconarán a las mujeres de Heeramandi, que deberán tomar algunas decisiones, para sobrevivir. 

De verdad, que la historia es buena. La devoré, literalmente, en una tarde, no podía dejarla. 

Las interpretaciones son de lujo, todo lo que les pasa a esas mujeres, llega adentro, y duelen las palabras finales del narrador, hablando de como la India alcanzó su liberación de los ingleses en el 47, pero que las mujeres de Heeramandi, fueron incluso más hundidas. 

Todas y cada una de las mujeres de la historia, son fuertes en momentos donde es difícil, llevando sobre sus hombros más destinos que los propios. 

Es una historia imperdible, que está doblada al español, para aquellos que no gustan de tener que leer los subtítulos. 

lunes, 11 de marzo de 2024

LA NIEBLA Y LA ATALAYA (IV)

 Avanzó despacio, no quería perder la pista de su cachorro, ni encontrarse a traición con las criaturas de la niebla.

Pegó su cuerpo a las casas, siempre que podía, y usó toda la potencia de su visión felina para escudriñar, mientras sus orejas giraban en todas direcciones buscando los sonidos y su origen.

Y llegó el sonido que le heló la sangre. El grito de dolor de su cachorro.

Toda precaución fue dejada atrás, olvidada, debía llegar hasta su cría lo antes posible, por si aún podía salvarla.

Salió a la carrera en la dirección del origen del sonido. Nunca había corrido tan rápido, ni con tanto miedo en su corazón.

Tras unos minutos de carrera alocada, se detuvo en seco, pegando la parte superior de su cuerpo, tensando los músculos de sus cuartos traseros, las uñas de las patas delanteras marcaban la tierra sobre la que estaba. Todo su cuerpo estaba tenso, con las orejas hacia atrás, y en preparación de salto y ataque.

El cambio había sido provocado, no sólo por el sonido de algo acercándose, si no por el olor de la sangre.

De entre la niebla surgió una mujer hermosa, de piel pálida, y cabellos negros con mechones blancos o… ¿era al revés? Junto a esta mujer, que llevaba algo oculto en sus manos, caminó el Guerrero.

—Hombre. —El Guerrero se agachó y rascó la cabeza del gato entre las orejas, haciendo que se relajara algo—. Aquí mi amiga, ha encontrado a tu cría, pero no ha podido evitar que esos seres la atacaran. Lo sentimos.

La mujer del cabello extraño se agachó frente al gato, descubriendo lo que llevaba en brazos. Al principio sólo pudo ver una tela ensangrentada, pero cuando la mujer retiró parte de la tela, la vio. Su pequeña con una para casi arrancada, bañada en su propia sangre, apenas respirando.

Acercó su cabeza a la cría, y la empujó con el hocico, provocando un gemido de dolor en la pequeña, y un lloriqueo en él. No sabía que hacer, así que empezó a lamer la herida del cachorro, descubriendo que la herida llegaba a su abdomen. Entonces miró a las mujeres, con súplica en sus ojos.

lunes, 12 de febrero de 2024

LA NIEBLA Y LA ATALAYA (III)

 La llama volvió a brillar, y a iluminar el lugar, más o menos.

Debido a que la llama era de fuego de mágico, daba un brillo azulado a la niebla, lo que no se sentía muy reconfortante.

Una vez que la atalaya recuperó su labor, la tranquilidad regresó al poblado, más o menos. Pocos eran los que se aventuraban a la niebla, y los que lo hacían era por necesidad extrema. De esos pocos atrevidos, sólo se oían gritos, siendo que los que regresaban lo hacían gracias a la mujer que llamaban El Guerrero. Ella nunca mostraba heridas, pero su espadón se veía salpicado de una sustancia pegajosa, que no se asemejaba a la sangre corriente, ni olía como ella, provocando que el gato arrugara el hocico y sacudiera su cabeza, cuando se acercó a investigar el arma la primera vez.

—Tranquilo. —Le habló el Guerrero rascándole tras las orejas—. Vuestros pequeños están a salvo en la casa.

El gato se restregó contra la mano de la mujer, buscando que siguiera rascándole. Le agradaba aquella humana.

Algo más tarde, creyendo que era en el mismo día, el macho salió a la niebla para investigar. Nunca se alejaba demasiado de la casa, de la familia, pero sus pequeños estaban creciendo muy rápido, como sólo los cachorros lo hacen, y quería comprobar la seguridad de su entorno.  

Al regresar observó como la hembra estaba inquieta, más de lo habitual en aquellos tiempos, y los cachorros lloriqueaban. Un rápido vistazo, le hizo darse cuenta de que faltaba la más pequeña, curiosa y traviesa de sus crías.

Se acercó a la hembra para calmarla frotando su cabeza contra el cuello de ella. Le decía de esta forma, que no se preocupara, que los demás cachorros la necesitaban, y que él saldría en busca de la pequeña perdida.

Volvió a cruzar la grieta adentrándose en la espesa niebla, más lejos de lo que había hecho hasta entonces.

lunes, 15 de enero de 2024

LA NIEBLA Y LA ATALAYA (II)

 El jefe del poblado, un hombre serio llamado Breogán, se mostraba preocupado por la situación, y no era para menos.

El gato se había asomado en varias ocasiones para observar el progreso de la situación. Hacia unas pocas horas que la niebla había llegado y cubierto todo. Trepó toda la altura de la atalaya, y con su fría humedad apagó la llama que siempre brillaba allí.

Varios hombres habían ido a encenderla de nuevo. La llama sólo sobrevivió un instante, y la familia felina, pudo oír los gritos de aquellos hombres, sus últimos sonidos. Y otro grupo de valientes, o así los llamaron, acudieron a la atalaya. La llama aguantó algo más.

La casualidad, había querido que los gatos hubieran encontrado su refugio con Breogán, y las costumbres de esos humanos, que el jefe del poblado compartiera su comida y agua con ellos. Eso también fue lo que le permitió al gato saber qué ocurría, para proteger mejor a los suyos.

Un tercer grupo de humanos se preparaba para acudir a la atalaya, más pertrechados que los anteriores, más alerta. No cruzaron la puerta de casa de Breogán, unos visitantes lo impidieron.

—La llama nunca resistirá. —Habló el joven de la pareja de visitantes, retirando su capucha, y mostrando su rostro.

Breogán sonrió con alivio, y bajó la espada que había alzado instantes antes.

—Silliam. —El joven druida sonrió a su vez, indicando a su acompañante que se relajara—. ¿Qué sabéis de esta niebla?

—Nada. Pero necesitamos que la llama se mantenga, y para eso debe ser fuego mágico.

—¿Qué hay de que la niebla no sale del poblado?

Silliam suspiró ante la intervención de su acompañante, molesto de que hubiese dado esa información.

El gato podía entenderlo. Saber que por tierra, la niebla no se extendía más allá, sólo aumentaba la preocupación ante el extraño evento.

—Los hombres deberán acompañarte Silliam, el camino no parece seguro, ya he perdido dos grupos.

—No te preocupes, Breogán. —Habló mientras entraba en la casa, el tercer visitante, una mujer guerrera, con un gran espadón a la espalda, que dirigió su atención, y sus pasos, hacia la familia gatuna—. Hola pequeños. —Rascó al macho entre las orejas, y acarició el lomo de la hembra, sonriendo a las crías.

—Katya. —La llamó Breogán.

—Y sola llevaré a Silliam. También soy quien le trajo hasta aquí. —Respondió la mujer.

Los hombres se mostraron entre aliviados y preparados.

—Podemos acompañaros. —Dijo uno de ellos.

—Ya. —Katya se puso de pie, y avanzó hacia ellos—. El caso es que hay algo en la niebla, y vosotros podéis morir. Yo no. —Miró a Silliam con una sonrisa de lado, en la que había más tristeza que otra cosa—. Ventajas de ser el Guerrero.

Ante esas palabras el gato se irguió en sus patas traseras, para observar mejor a la mujer. Así que era de ella, de quien hablaban los Destinos.

domingo, 31 de diciembre de 2023

LA NIEBLA Y LA ATALAYA (I)

 

 Sentía algo en el aire, por lo que decidió acercarse al acantilado. Fue cauteloso, con su cuerpo agazapado, como si estuviera cazando. Sin embargo al llegar, estiró el cuello, levantó las orejas, que giraron en todas las direcciones tratando de localizar cualquier sonido, al tiempo que olfateaba el aire.

Su atlético cuerpo se tensó, dispuesto a salir corriendo, cuando sus contraídas pupilas lograron divisar la niebla que avanzaba desde el mar. Avanzaba rauda en busca de la costa, erizando cada pelo de su cuerpo.

Debería huir. Correr lejos de allí.

No podía. Su compañera acababa de dar a luz, tan sólo unos días antes, a cinco cachorros. La velocidad con la que la niebla avanzaba era demasiada. No podrían sacar a sus crías, antes de que les alcanzara, y no podía prever lo que vendría en la niebla.

La bruma estaba ya alcanzando el pie del acantilado, tapando rápidamente las blancas crestas de las olas, e iniciando su ascenso por las rocas. No debía esperar más, debía asegurarse de que sus crías y su compañera estuvieran a salvo, de lo que fuera que se avecinaba.

Giró para regresar al poblado de los humanos, pero se detuvo en seco. Ante él aparecieron tres figuras, tres mujeres: una anciana, una joven, y una niña. Intuía quienes eran, y no podía traer nada bueno.

—¿No podemos al menos, avisar al Guerrero? —Preguntó con dulce voz la niña, fijando sus ojos en los de él.

—Ya sabes que no. —Por el tono de la joven, se notaba algo de impaciencia, mezclado con algo de resignación.

—Cada uno, debe seguir su camino. —La voz de la anciana, sonó cansada y a la vez fuerte y suave—. Nosotras no intervenimos, ya lo sabes. —Apoyó la arrugada mano en el hombro de la niña.

Las tres mujeres, se desvanecieron ante sus felinos ojos, provocando que su pelaje se erizase una vez más, mientras siseaba a la nada.

Se calmó en unos segundo, y al comprobar, como la niebla ya había subido el acantilado, y avanzaba hacía él, corrió hacía su destino.

Los humanos le resultaban curiosos. No les entendía.

No eran amigos de los gatos, algunos los consideraban demonios. Y al mismo tiempo, los acogían en sus casas, cuando entraban. Quizás fuera por sus ojos. Sabía que él veía cosas que un humano no podía ver, como las tres mujeres de antes, que en verdad eran deidades.

Se coló por el hueco en la pared de la casa. Días atrás cuando su compañera se había puesto de parto, habían encontrado ese agujero, y con él un refugio para el nacimiento de las crías. Los humanos de la casa se habían portado bien, incluso les cedieron una manta para la hembra y los pequeños.

Echó un último vistazo al poblado. La niebla ya avanzaba por entre las casas, y comenzaba a cubrir la atalaya. Giró las orejas, aguzando su oído, tratando de localizar el lejano gruñido que seguía a la niebla.

miércoles, 5 de julio de 2023

Platón VS Confucio.

Hace algunos años, en la facultad, me enfrenté a mis primeras lecciones formales de Filosofía. Hasta ese momento, mi conocimiento de la materia provenía de enseñanzas de mi madre, y de lectura personal. En fin, el caso fue que en una clase de repaso, el profesor, reiteró el Mito de la Caverna.

Os pongo en antecedentes, de la forma más rápida y simple que pueda.

En uno de sus diálogos y poniendo, como siempre, la voz en Sócrates, Platón explica el mito en cuestión, que vendría a ser: hay unos esclavos en una caverna, que de toda su vida están encadenados de tal forma que no se pueden mover, y su única visión del mundo, son las sombras que se proyectan en la pared que tienen enfrente. Un día, por motivo X, uno de esos esclavos es liberado, y comienza su viaje hacia el exterior de la caverna, y por tanto del conocimiento libre.

Según nos indica Platón / Sócrates (uno lo escribe, pero resulta que el mito lo explica el otro), el liberto, tiene la obligación moral, ética y filosófica, de regresar a la caverna y liberar a sus compañeros, aún a coste de su propia vida.

Sí, básicamente, ese es el Mito de la Caverna. Huelga decir que la caverna, es una metáfora de todo aquello y aquel, que intente constreñir nuestra mente, y por tanto nuestro conocimiento.

Regresando a aquella clase de repaso.

Le indico al profesor, que Platón cometió en un error en su relato, que si bien se formaran dos bandos obvios, los seguidores y los detractores (estos últimos serán los que den muerte al liberto, y son el único bando reconocido por Platón), habría realmente un tercer bando: aquellos que no tomen ningún partido. Este tercer grupo, tendrá en sí algún individuo, que con el tiempo, y debido a las palabras del liberto, se quite sus cadenas, y pueda ser libre y salir de la caverna.

Ante este razonamiento, el profesor me dijo, que era obvia mi inclinación hacia la filosofía oriental. Que para Platón, la virtud está en la salvación del demos, mientras que para los orientales, la virtud estaría en la salvación propia.

Ni corta ni perezosa (nunca ha sido lo mío eso de seguir al rebaño), le corrijo, y para ello le puse un ejemplo (al puro estilo de Platón)

“Si voy por un camino, y veo a alguien ahogándose, según Platón, estoy obligada a tirarme a salvarlo. —El profesor asintió a mis palabras—. Según los orientales, ante esa situación, primero he plantearme una pregunta: ¿sé nadar? En caso afirmativo, saltaré  al agua a rescatar a la persona en peligro. En caso negativo, deberé buscar una opción viable. De nada sirve tirarse a salvar a alguien que se ahoga, si voy a morir con él, ahogándome por no saber nadar.

Es más, tome usted por ejemplo al Maestro Kong. Gente poderosa de su ciudad, conspiró para que fuera exiliado, y tras años de vagar en ese exilio, cuando esas mismas personas, acudieron a él, porque la ciudad estaba en peligro, ¿qué hizo el Maestro?”

Obvio que el profesor sabía la respuesta, y la dio. El Maestro Kong regresó y salvó la ciudad, y a aquellos que le hicieron mal.

Llegados a este punto, varios compañeros de clase, preguntaron quién era el Maestro Kong.

Bueno, ese día, en esa clase, tuve la audacia de enfrentar a Platón y su maestro Sócrates, con Confucio. El caso es que todavía no sé quién gana. Sólo son dos formas distintas, de ver un problema.

Lo más seguro es que después de todo este rollo, estés pensando: “Pues sí que hoy Tanit, hace honor al nombre de la sección, se le está yendo la olla”

No te lo voy a negar, a veces creo que es así. Observo el mundo, y veo demasiadas cosas que no entiendo del todo, pero también veo demasiadas cadenas, demasiadas rocas que intentan mantener a la gente en la Caverna.

El problema, es que es fácil (relativamente), huir de las cadenas de metal brillante y bruñido, aquellas que no pueden evitar gritar: Te esclavizaré; pero y, ¿las otras? Aquellas disfrazadas de libertades, que en realidad buscan la sumisión; aquellas, que dicen ser empáticas con quienes no tienen libertad, y para ello esclavizan a quien creía tenerla; aquellas, que no soportan el pensamiento divergente, porque se creen en posesión absoluta del mismo, así como de la verdad… podría seguir describiendo cadenas disfrazadas, pero creo que si debes, lo habrás entendido.

Crecí con una idea clara: Nunca domines la mente de otro, ni permitas que dominen la tuya. Esto no es impedimento para avanzar y evolucionar, pues cuando algo es razonado y razonable, no domina, convence.

No dejes que te encadenen al fondo de la Caverna, ve por ti mismo, y no temas decir lo que ves, recuerda al niño de “El traje nuevo del emperador”.

Monster

 Aquí estamos de nuevo, con una película de la plataforma Netflix:  Monster . En esta ocasión tengo el problema de que ni siquiera IMDB pone...